lunes, 4 de febrero de 2013

Extrañado

Buenas
Así es como estoy (extrañado) al comprobar que mis arces burgerianos están despertando del letargo invernal. Es cierto que la semana pasada tuvimos un par de días con 12-14 grados, pero aquí ha seguido nevando después y no es que haya hecho mucho calor que digamos... Y encima, hablando con algún amigo de Madrid, allí todavía no están despertando, así que no lo entiendo. El caso es ese, que uno de mis arces estaba decidido a despertarse y me ha tocado trasplantarlo. No ha sido el arce más afortunado al caer en mis manos. Atemorizado de que tenía un ataque de verticillium, le "abandoné" al poco de trasplantarlo, esperando que aislara el hongo si lo dejaba crecer sin cortar. Pero estuvo dos temporadas y media (justo las dos primaveras desde su trasplante en 2010) en casa de un amigo que decidió que había que pinzarlo un poco todos los años, así que nunca estuvo abandonado del todo, pero casi. Ya desde este verano volvió por fin a mí y empecé a tratarle, aunque ahora dudo de si realmente tiene verticillium. El caso es que tocaba trasplantarlo.
Como el árbol siempre ha mostrado vigor emitiendo chupones, espero que, poniéndome en serio con él, acelere su formación, porque llevamos dos años que p'alante nada de nada, pero p'atrás mucho.
 Así era cuando llegó. Otoño de 2009.
El otro lado.
En su trasplante, año 2010. Lo más grave es que, ahora, repasando los trasplantes, he recordado que llevaba tres años sin trasplantar... No estaba medio olvidado, estaba completamente. 
Desde ese momento hasta ahora, no hay nada que reseñar..., excepto que la maceta ha ido ganando pátina. La pedí expresamente para él en invierno de 2009, pero luego pasó a ser olvidado. Lo que más me sorprendió estos días fue que ya empieza a verse como van acumulándose los restos en la parte baja de la maceta y va adquiriendo pátina. Para ser una maceta española (de María José González) nueva (3 años en una maceta es nada) estoy muy contento. 
Pero para este trasplante no la quería usar. Preferí usar una un poquito más grande (medio centímetro a cada lado), esmaltada, que me ayudase a seguir trabajando con vigor. Realmente parece mucho más grande, pero se debe sobretodo a que el labio es hacia fuera en vez de hacia dentro.
 Frente 1. Perdón por las fotos, no sé que trastee en la cámara que me han salido casi todas movidas.
 Frente 2. Éste es el primer frente elegido, aunque me costaría decidirme por uno. Es más, igual intento diseñarlo para que pueda verse desde los dos lados.
Un lado.
El otro lado.
Ya sé que ese alambre a la roca queda un poco feo, pero que conste que era el mejor punto de anclaje que pude encontrar. Aún así puse varios (en total cinco alambres sujetando al árbol).
Saludos

1 comentario: